¿Me vas a decir que tú no sientes inseguridades ante la vida? ¿Qué nunca te has sentido desvalorizado por la gente de tu alrededor?... ¿Has pensado alguna vez que tu familia no te entiende? ¿Te toca cargar con tus seres queridos porque si no los cuidas tú nadie lo hará? ¿No funcionan tus relaciones de pareja? ¿Sientes que no encuentras el sentido a tu vida? ¿Encuentras frustración porque la vida que imaginabas se ha quedado en un espejismo y la realidad es muy diferente? ¿Tus hijos no te entienden? ¿No los entiendes tú a ellos?
Déjame que te diga que todas estas situaciones tienen su origen en emociones que se han enquistado en ti, aunque no lo creas; las cuales no supiste digerir cuando llegaron a tu vida porque no tenías las herramientas para hacerlo. Y hoy, siguen arraigadas en algún lugar dentro de tu inconsciente. SÍ, aunque parezca increíble es así.
El problema es que aunque tú pienses que las tienes controladas, escondidas u olvidadas, que no te afectan en tu día a día, esto no es cierto. La realidad es que están marcando cada uno de los pasos que das en el presente, y además lo hacen de una manera cruel. Todas esas emociones enquistadas, en el momento en el que las viviste y no supiste gestionarlas, te hicieron creer que tú no valías, que la culpa de lo que pasó en aquella situación fue tuya, que no eras suficiente para alguien, que eras incapaz, que no eras lo bastante bueno, que no te merecías algo… Y como se grabaron a fuego en tu mente, programaron tu creencia haciendo de ti una persona que en la actualidad vive repitiendo estos patrones, y que cree que no vale, que no es suficiente para alguien, que es incapaz, que no merece algo o a alguien… Y continuará siendo así hasta que no te des cuenta de que esas emociones enquistadas son tanto parte de tu pasado como de tu presente, y lo serán de tu futuro si no decides eliminarlas.
Para ello, una estupenda manera de acceder al conflicto que te impactó y que te generó el bloqueo emocional es el Método D.E.E.P., creado por Jaume Campos. Con él, se puede acceder al origen de este conflicto y generar un aprendizaje en esa situación concreta que te impactó, dándote las herramientas para gestionar emocionalmente lo que pasó y hacer consciente lo que viviste y, sobre todo, cómo lo viviste. Con ello consigues aportarte todo aquello que en su momento te faltó a nivel emocional y que provocó toda esa vulnerabilidad, dolor, sufrimiento, miedo, culpa… que sentiste, convirtiéndolo en un aprendizaje para toda la vida. Y donde hay aprendizaje no cabe el miedo, la tristeza o la culpa.
Cuando hablo de aprender aquí, no es interpretar racionalmente lo que te pasó, sino vivenciarlo con cada célula de tu cuerpo y aportarte el entendimiento, la comprensión, el cariño absoluto hacia tu persona que en su día no pudiste o no supiste darte.
Cuando consigues aprender de un conflicto, NUNCA vuelve a repetirse en tu vida.
Pero, ¿qué hay detrás de un desbloqueo emocional?
Cuando accedemos al conflicto y se desbloquea la emoción afectada, se produce un aprendizaje y tus ojos se abren a un nuevo mundo. Los esquemas que dabas por válidos, de repente dejan de tener sentido y, en un primer momento, te sientes algo perdido. Esto es normal, ya que acaban de dar con un torpedo a tu línea de flotación y todo en tu mundo se tambalea y requiere de una nueva estructura. Es en ese momento cuando aparece el miedo. El miedo a estar mal, a no poder salir de esa situación de angustia, a querer estar como antes y “que valga más malo conocido que bueno por conocer”. Pero esto sólo dura unos días. Cuando todo lo que has removido en tu interior se asienta, vuelves a tener visión de futuro, a encontrar tu sitio en el mundo, a saber en qué punto te encuentras. Y es en ese momento cuando quieres más. Exiges más. Necesitas más. Y esto es así porque has comprendido que la angustia que has tenido durante estos últimos días sólo ha sido debida a la resistencia que has generado a cambiar tus antiguos patrones, tus antiguas creencias, a querer continuar con lo conocido (aunque malo). Y ahora, has conseguido por fin dar el paso que te instaba a no saltar por el precipicio debido al miedo. Aquí es cuando entiendes que vivir es para los valientes y sobrevivir es para los que no se atreven a dar este paso. Y tú no quieres ser más uno de ellos, de hecho, ya no puedes siquiera serlo. Eso estaba con tu anterior esquema mental. Tu nuevo yo quiere vivir la vida con toda la intensidad, y los miedos no son parte del papel que tiene que desempeñar a partir de ahora.
El resto de conflictos a resolver en tu vida, aunque puedan doler, ya no provocan sufrimiento, porque lo que cambia en ti es que “la aceptación de lo que es” se abre paso en tu vida, y esto genera una gran paz en tu interior. Te das cuenta progresivamente de que toda tu vida la has dedicado a defenderte: defenderte de tus padres, para poder encajar en el modelo que ellos esperaban de ti. Defenderte de tus amigos y hermanos, para ser el tipo de persona que pueda ser aceptado por ellos. Defenderte de tu jefe, o compañeros de trabajo, para poder encajar y no tener problemas, y defenderte de la sociedad en general, porque todos, repito, TODOS queremos encajar. Queremos que se nos acepte, que se nos valore, que se nos quiera… Pero si para eso tenemos que cambiar lo que somos, el resultado será el opuesto al que buscamos, ya que la sociedad querrá al personaje que hemos creado, pero no a la persona que realmente hay en nuestro interior.
Cuando consigas ser tú, y esto lleva un tiempo, un tiempo en el que se va reestructurando tu forma de entender la vida, en su sentido más amplio, todos tus conflictos desaparecerán, y los que vengan nuevos sabrás cómo gestionarlos, porque habrás aprendido la educación emocional que necesitas para poder mirar dentro de ti y ver tu realidad. Eso se llama conexión contigo mismo. Y cualquier cosa que hagas será genial, porque serás tú, y partiendo desde ti, desde tu realidad, lo que tú decidas será tu verdad y no te creará dudas o conflictos, porque sabrás que eso es así porque lo sientes desde el fondo de tu alma.
Pero para llegar a ese punto, primero hay que limpiar (y para eso está el D.E.E.P.). Ya que si no, lo que decidas lo harás desde tus creencias, no desde tu esencia… Y ese no eres tú.